Indoor farm of hens that lay eggs. MADRID, Spain

Las futuras exigencias europeas en la materia supondrán unas inversiones estimadas en casi 2.000 millones por los ganaderos.

Raquel Conde, de 54 años, casada y con dos hijas, tiene en la localidad segoviana de Monzoncillo una explotación de varias naves de porcino con casi 2.000 madres y una producción de unos 53.000 animales, de los que engorda unos 35.000 y el resto los vende como lechones. Da empleo a 17 personas. Las nuevas normas sobre espacio y bienestar animal le obligarán a reducir la producción o poner en marcha otra nave con un coste de más de 300.000 euros, al margen de las dificultades para obtener nuevos permisos. “Para producir lo mismo se me disparan los costes. No podemos seguir. Las naves están preparadas en espacio, con medidas contra el frío y el calor porque soy la primera interesada en cuidar mis animales, pero parece que solo están pensando en que desaparezcamos y traer todo desde terceros países”, se queja.

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